domingo, 24 de abril de 2011

Otra

Hoy vino en mi búsqueda; ahí estaba el, con los brazos abiertos. Traía consigo los restos de su amor por mi, para que juntos pegáramos trozo a trozo, este golem informe que creamos, que se nos subleva y nos supera, y que se vuelve en nuestra contra, aún cuando lo hayamos creado para que nos cuidara y nos sirviera. Amor mas grande que su propio creador que por sus proporciones y su rudeza puede dañar en vida, y que en su muerte puede aplastar con sus cenizas y sus restos a quien lo ha creado.  ¿Por qué volver a la vida este barro fétido que nos está matando aún después de muerto? ¿Cuantas heridas infectadas aún tenemos por este amor golémico, torpe e inhumano? Ya no tengo palabras, no tengo palabras, solo orificios llenos de vacíos, llenos de la incompletud, de la presencia de lo que nunca pudo llegar a ser...y no pudimos nunca mas pronunciar los rezos que volvieran vida al barro inerte, aunque lo intentáramos, y en su lugar solo balbuceamos un canto triste en una lengua casi incomprensible, que hablaba algo así como de un hijo muerto...Para llevar el hijo muerto en mis brazos, que es lo único que me queda, he vivido un viaje sin retorno donde no puedo ser sino completamente otra de lo que era.

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